miércoles, 2 de enero de 2013

Nuestro primer encuentro

Aquel año que comenzaba iba a traer muchas novedades y alegrías a mi vida, pero comenzó con malas noticias, los kilómetros finalmente hicieron mella en mi relación y esta terminó rompiendose, ella me pidió un tiempo para pensar, pero sin ninguna esperanza. Para aquel entonces Mamen ya era mi confidente por lo que al comenzar a hablar notó que algo me pasaba, así que no tuve más remedio que contárselo, me dijo que no me preocupará "que ella estaba allí para lo que necesitase". A partir de ese momento ambos comenzamos a mirar el calendario para encontrar fecha para un encuentro y allí la vimos el día de Andalucia que al ser domingo pasaba al lunes, tras dos años y medio de conocernos, compartir penas y alegrías y ser nuestros confidentes, podríamos sentir nuestros cuerpos. Finalmente llegó el gran día, según lo convenido fuí su despertador, "son las 6 a.m. hora de levantarse, mañana te los daré en persona" empezaron los nervios y los "problemas" atasco en Despeñaperros, atasco en la circunvalación de Madrid.... en resumen una hora larga de retraso en la llegada, a las 1430 recibo un mensaje "estoy en Calatayud, solo respondeme rojo o negro" negro fue mi respuesta y en una hora nos vemos. Un nuevo contratiempo menor se pierde en la entrada a Zaragoza, a lo que solo me restaba indicarle un punto fácil para encontrarnos y salir para allí.
Esperando que se me cambiará el semáforo, vi como llegaba, así que instantes después paraba tras su coche, baje y me dirigí a su puerta, nada más verme salió y no pudimos evitar darnos un apasionado beso, el cual provocó en mi una primera erección, mi mano se fue bajo su falda vaquera de vuelo y magreé un poco su culo, y le dije sigueme. En cada semáforo miraba por el retrovisor y veía como me lanzaba besos, el breve trayecto se me hizo eterno; finalmente llegamos, raudo y veloz, me plante junto a su puerta, recogimos el equipaje y fuimos para mi piso, la iba examinando vestida con una falda vaquera de vuelo, camisa vaquera y medias negras, la falda bailaba graciosamente con el contoneo de su culo y bajo su camisa, se adivinaban unos hermosos y generosos pechos, en el ascensor comenzamos a deborarnos, nunca creo que le había costado llegar tanto a un segundo, al fin llegamos a la puerta de mi piso, abrí y deje caer la maleta y la bolsa de viaje, y dedique mis dos manos a explorar el cuerpo de Mamen, cosa que ella llevaba haciendo desde que subimos al ascensor, sus manos se afanaban en desabrocharme la camisa, el pantalón, las mías exploraban bajo su falda, llegamos a la cama dejando un reguero de ropa, sabía que nuestro encuentro iba a ser fogoso pero no hasta ese nivel, ambos nos teníamos muchas ganas, cuando llegamos junto a la cama la senté, me arrodillé frente a ella y comencé a besarle su sexo por encima de las medias, mientras que ella me acariciaba la cabeza y espalda con sus manos y las mías le quitaban las medias, para dejar al descubierto sus bragas negras a juego con el sujetador, pero para mi desgracia no pude seguir, su olor vaginal era demasiado fuerte, y me quede con las ganas por saborear su sexo en aquella ocasión, ella consciente de su fuerte olor vaginal, me acerco a sus pechos y nos tumbamos en la cama ya desnudos y ella comenzó a recorrer mi cuerpo besandolo, hasta llegar a mi falo, el cual comenzó a besar, lo introdujo en su boca y empezó a chupar, me sentía en la gloria, cuando se sintió preparada se sentó sobre mi e introdujo mi polla en su vagina, y comenzó a cabalgarme, al tiempo que yo le acariciaba, los muslos, el culo sus enormes tetas que botaban deliciosamente en su cabalgar, acelero el ritmo y disfrutó de su primer orgasmo conmigo, siguió cablagandome y poco después exploté a la vez que ella tenía su segundo orgasmo, tras el cual nos abrazamos, nos besamos y nos acariciamos, ambos coincidimos en una cosa nuestro encuentro fue más fogoso de lo que ambos esperábamos, pero mereció la pena la larga espera, la tensión y el cansancio llamaron a Morfeo que nos acuno a ambos desnudos y a lo largo de la noche nos iba despertando cuando se recuperaban nuestros cuerpos para una nueva dosis de pasión, así hasta el amanecer... 

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